Autovía ruta 38, la disyuntiva de los cordobeses

Este plan de nueva ruta 38 por Punilla afecta la ecología del departamento e impedirá recuperar el agua de los cordobeses.


Medardo Ávila Vázquez
Lunes, 3 de mayo de 2021. La Voz del Interior

La autovía paralela a la ruta 38 en Punilla es parte del proyecto del Corredor Bioceánico Porto Alegre–Coquimbo, ideado como una autopista sin semáforos ni trabas para el flujo de camiones de gran porte (según el aviso de proyecto), que posibilite transportar productos de megaminería, fracking y agronegocio hacia mercados del Oriente, disminuyendo en miles de kilómetros el viaje marítimo.

En el Proyecto MCC96 del Cosiplan-Iirsa, la nueva traza de la ruta nacional 38 figura como un “by-pass al norte de las sierras de Córdoba” y se entiende como una prolongación de la ruta 19 que viene desde Santa Fe al este hacia la circunvalación de tres carriles, continúa por la autopista a Villa Carlos Paz, la variante Costa Azul y el puente sobre el lago San Roque eutrofizado, atraviesa Punilla y termina en Cruz del Eje (de allí sigue hacia La Rioja).

No es un proyecto pensado para Punilla y su progreso. De hecho, en todas las acciones y gestiones que realizó el Gobierno provincial participaban los ministerios de Obras Públicas, Agricultura, Minería e Integración Regional, mientras las áreas de Turismo y de Acción Social provinciales no estuvieron.

La nueva ruta 38, según la información brindada en la Audiencia Ambiental Digital en curso, tendrá casi 20 puentes para traspasar ocho cuencas hídricas de ríos y arroyos. Un 30 por ciento de su recorrido lo hará atravesando bosques en zona roja, obligará a desplazar a más de 40 familias y alterará de modo definitivo áreas de alto valor arqueológico y paleontológico (la cultura Ayampitin, con dataciones de 6.000 años AC, tiene asentamientos sobre la traza del proyecto).

El mayor problema es que ya Punilla se encuentra en una situación de colapso ambiental gravísima, y el año pasado los incendios arrasaron el área de la nueva ruta 38.

El principal indicador de desbalance ecológico es el estado de descomposición del agua del lago San Roque. Proceso de hipereutrofización que los investigadores del Conicet y la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba vienen estudiando y alertando desde hace años. La falta de cloacas, más el desmonte y el calentamiento global, constituyen los factores causales de la degradación del lago.

Hace pocos años, la OMS anunció que este es un problema emergente de salud global, y bancos de algas azules-verdosas (cianobacterias) cubren las riberas de ríos como el Uruguay, el Yangtsé de China o la bahía de Nueva York. Las bacterias microcystina y anabena, ya detectadas en el San Roque, eliminan toxinas hepatotóxicas y neurotóxicas.

El último informe del Instituto Nacional de Agua (marzo 2012) recomienda que las personas no entren en contacto con el agua del lago San Roque por las floraciones de cianobacterias. Lo más impactante de las imágenes del monitoreo del lago es que la mayor cantidad de cianobacterias proliferan desde la desembocadura del río Cosquín, prueba de lo degradado que se encuentra.

Atravesando la cuenca del Cosquín de sur a norte, se construirá esta autopista, su impacto sobre el territorio ya lastimado será terrible y el lago San Roque tendrá los días contados. Entre la ruta 38 actual y la nueva traza, a más de cinco kilómetros de distancia al oeste, se habilitará toda una franja para un negocio inmobiliario de rápida urbanización, que el departamento ya no puede contener.

El estudio de impacto ambiental presentado por la bióloga Alejandra Toya no prevé el daño en las cuencas hídricas que se verán afectadas, algo que reclama el Informe del Imbiv del Conicet y la UNC en el punto 8 de su documento de rechazo.

Los cordobeses estamos ante una disyuntiva. Por un lado, necesitamos una ruta 38 más ágil. El Gobierno provincial y Carlos Caserio (representante del Gobierno nacional en Córdoba) sostienen la necesidad de la obra como corredor bioceánico, algo que presentaron y fomentaron en numerosas reuniones regionales e internacionales. Y este plan de nueva ruta 38 por Punilla afecta la ecología del departamento e imposibilitará recuperar el agua de los cordobeses.

Traer agua desde el río Paraná no es una opción válida, no sólo por cuestiones técnicas. Si los cordobeses no cuidamos nuestra agua y la quemamos y urbanizamos las cuencas en los últimos 20 años, no podemos aspirar a utilizar el agua de otro territorio. Es nuestra obligación recuperar el agua de las sierras.

Las propuestas de solución a la disyuntiva incluyen refuncionalizar la actual ruta 38 para agilizar su tránsito. Rechazar el plan para que el corredor bioceánico atraviese las sierras y recorra Punilla de sur a norte, y si el Gobierno está muy comprometido en este proyecto de venas abiertas, se puede diagramar un recorrido desde la circunvalación cordobesa a Jesús María, Deán Funes y de allí a Cruz del Eje, que era la ciudad que debía alcanzar el by pass de la ruta 38.

Además, sería menos oneroso que los 400 millones de dólares que costará todo el plan actual y no destruirá aún más la fuente de nuestra agua. Con el ahorro del nuevo recorrido por zonas llanas, se podría encarar las obras siempre olvidadas de cloacas para Punilla que el gobernador anuncia, pero nunca figuran en su Presupuesto.

*Red Universitaria de Ambiente y Salud